Una genial idea de recuperación de un espacio como son las canteras de Alpedrete, seña de identidad de este pueblo serrano, podría ser la creación de un itinerario de jardines y pequeños lagos comunicados por senderos, en los que el viandante pueda disfrutar de paisajes a la vez que asistir a espectáculos al aire libre. Esta idea no es nueva, ya la puso en práctica en 1904 Jennie Butchart cuando su marido Robert Butchart abandonó una cantera de piedra caliza que explotaba para fabricar cemento portland. Jennie comenzó a embellecer la cantera con sus propias manos hasta crear una zona de jardines que hoy en día es internacionalmente reconocida, que atrae a miles de visitantes, que ha generado muchos puestos de trabajo y que ha impulsado economicamente la zona en la que se asienta. Son los famosos Jardines Butchart de los que adjuntamos algunas imágenes.
Como esta idea, existen otras muchas posibilidades de recuperación de nuestras canteras, que además servirían como actividad de impulso económico de nuestro pueblo. Debemos aprovechar con imaginación y sostenibilidad nuestros recursos, que son muchos y variados. Lo que no podemos permitir en modo alguno es que parajes como el de las imagenes (maravillosas canteras de Alpedrete) terminen como los de las imagenes 5, 6 y 7(canteras de Alpedrete en las que el propio Ayuntamiento vierte todo tipo de residuos).
Imagen 5
El jardín de cactus – Última obra de Cesar Manrique en Lanzarote.
Los orígenes del Jardín de Cactus se remontan a la década de los setenta, cuando César Manrique, en pleno diálogo creativo con el paisaje insular, fija su atención en la antigua cantera o rofero de Guatiza.
La hondonada del terreno producida por la continua extracción de áridos volcánicos (picón o rofe) se había convertido en un vertedero. El artista promueve que el Cabildo de Lanzarote, con el que trabaja en estrecha colaboración, adquiera el terreno, amuralle el complejo y restaure el tradicional molino que corona el recinto.
El Jardín de Cactus se inaugura finalmente en 1990 y se convierte en el último trabajo de César Manrique en la isla.
El Jardín de Cactus representa un magnífico ejemplo de una intervención arquitectónica integrada en el paisaje. César Manrique realiza este audaz complejo arquitectónico manteniendo el binomio inquebrantable de arte y naturaleza que se respira en todas sus intervenciones espaciales.
La elección de este entorno privilegiado, como en tantas obras de Manrique, condiciona tanto las soluciones estéticas adoptadas como los contenidos del mismo, que tienen un sentido de continuidad y de integración con el paisaje circundante.
